Javier Bardem se convierte en “trending topic” por una noticia de hace dos años.

Esta noticia le convierte en un icono del establishment esnob o esnoblishment.

El esnoblishment es una tendencia que combina la ideología progre con el capitalismo, al estilo Macron, Clinton, Valls y Rivera.

También, a este modo de vida, se le conoce como “cosmopaletismo”, lo que convierte a Xavi Bardem en un cosmopaleto de cine (y nunca mejor dicho).

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Las hemerotecas abren sus cofres y recuerdan los 151.000 euros que Bardem tuvo que devolver a Hacienda.

La imponente cantidad citada es consecuencia de dos infracciones tributarias de alto voltaje, cometidas en los años 2006 y 2007.

Este latrocinio y pillaje fue cometido a través de Pinguin Films S.L, al más puro estilo capitalista.

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El Tribunal Superior de Justicia, conocido por el acrónimo TSJ, obligó a pagar 98.970 euros por la infracción de 2006 y 51.521 por la de 2007, unas cifras de proporciones tan épicas como industriales. 

La aritmética de sendas cantidades arroja los elefantiásicos, paquidérmicos y faraónicos 151.000 euros de condenado.