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Diferencias entre verdad a secas, verdad categórica y mentira disfrazada de verdad

COLUMNISTA: Ignacio Crespí de Valldaura

Una verdad a secas es, a mi modesto entender, aquella que, además de ser veraz, es explicada con sus pormenores, matizaciones, excepciones, aristas y complejidades.

Por verdad categórica, entiendo que es aquella que pregona algo que es cierto, pero que, al ser expresada de forma tajante, necesita ser matizada por una explicación adjunta. Por ejemplo, aseverar que “para ser feliz, hay que hacer el bien”. Se trata de una afirmación correcta, pero, desde mi punto de vista, peca de ser comunicada de una forma un tanto simplista, al no abordar algunos matices, complejidades y añadidos que entraña esta cuestión.

La mentira disfrazada de verdad es, sin lugar a duda, aquella que parte de una premisa verdadera para llegar a una conclusión falsa (lo que se conoce como ‘sofisma’). Verbigracia, sentenciar que “gracias al sol vivimos, luego el sol es dios”, por partir de algo auténtico para concluir con un postulado erróneo, de tal manera que resulte convincente; también, lo serían reflexiones como “hay pobreza e injusticias en el mundo, por lo que el socialismo es la solución”; o “el capitalismo es maravilloso, porque el comunismo es perverso”.

Otro ejemplo bastante esclarecedor de sofisma (partir de una verdad para justificar una mentira de manera convincente) es aquella doctrina que predica cinco verdades y cinco mentiras, y te presiona para casarte con el “pack completo”, con el conjunto; sin separar el trigo de la cizaña.

Por ejemplo, el feminismo, que aboga por algunas cosas bastantes razonables, te fuerza a comulgar con el ‘ismo’ (o doctrina) y así, a aceptar las teorías de género, la guerra de sexos y demás embustes (y si no lo haces, te es adjudicado es estigma de ‘machista’); no puedes estar de acuerdo en algunos aspectos, sino que tienes que estarlo con el «pack completo». Lo mismo ocurre con el ecologismo, el capitalismo, el liberalismo, el fascismo y en definitiva, con casi todas las ideologías y corrientes filosóficas. En resumen, casi todos los ‘ismos’ me parecen sofismas; a excepción del catolicismo y del aristotelismo, los cuales considero los ‘ismos’ del ‘anti-ismo’. 

Estas son, a mi juicio, las divergencias entre verdad a secas, verdad categórica y mentira disfrazada de verdad; y pese a que las dos últimas puedan llegar a confundirse, albergan sus diferencias.

Contacta aquí con el autor de este artículo, el escritor Ignacio Crespí de Valldaura

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