Columnista: Plácido Díez Gansert, autor de ocho novelas y experto en crítica literaria
Audio: Aquí debajo, puedes escuchar el artículo, leído por Plácido Díez, con música de Chopin de fondo.
Dado que parece que vamos a estar todavía unas semanas recluidos, me gustaría sugeriros una lectura ambiciosa, uno de los grandes clásicos de la literatura alemana.
Me refiero a La montaña mágica, de Thomas Mann, premio Nobel de Literatura de 1929. Se trata de un ladrillo de cerca de novecientas páginas y en algunos pasajes resulta puede resultar farragosa, pero insisto en recomendarla por el inmenso calado que atesora.
Ambientada en los comienzos de la Primera Guerra Mundial
La obra narra las vivencias de Hans Castorp, un joven estudiante de buena familia que se dirige a un exclusivo sanatorio para tubercolosos en Davos, en los Alpes Suizos, para visitar a su primo. Tiene previsto permanecer tres semanas en aquel lugar, pero enferma y se interna durante siete años hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial.
Los impresionantes diálogos entre el jesuita Naphta y el ilustrado Settembrini
Durante su estancia traba relación con un ramillete de personajes que influyen vigorosamente en su concepción del mundo. Destacan el humanista italiano Settembrini partidario de la ilustración y la democracia, y el jesuita Naphta, teócrata medieval devoto del orden, quienes protagonizan intensos y aleccionadores debates.
Excepcionales reflexiones sobre la enfermedad, la muerte y el tiempo
Por otra parte me llamó la atención el Dr. Behrens, médico jefe que ordena meticulosamente la vida cotidiana de la clínica según sus designios.
La montaña mágica pone de manifiesto cuestiones esenciales de la vida, tales como la enfermedad, la muerte y el tiempo entrelazados magistralmente con la política, la estética o la filosofía y está considerada sin el menor género de duda como una de las obras más influyentes del siglo XX.
Abrazos a todos y mucho ánimo.
