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Un candidato muy socialista siempre pierde las elecciones en Inglaterra

Columnista: Íñigo Bou-Crespins

Un candidato abiertamente socialista suele perder las elecciones en Reino Unido, y además, cosechando un fracaso estrepitoso.

Esta es, en mi humilde opinión, la causa principal de que Boris Johnson haya aplastado a Jeremy Corbyn. Es demasiado rojo para triunfar en Inglaterra.

Si los laboristas se rehiciesen con un Tony Blair, su partido resurgiría de las cenizas. Un Albert Rivera encaja mejor que un Pedro Sánchez en la izquierda británica.

¿Por qué el socialismo está mal visto en el mundo anglosajón?

Para empezar, mientras que, en España y otras naciones, la izquierda política se llama “Partido Socialista”, en Gran Bretaña, adopta la denominación de “laborista”, algo más sútil y soterrado a nivel lingüístico.

A esto, anexémosle que los cuñados anglosajones de Inglaterra son los norteamericanos, cuya izquierda partidista lleva el nombre de “Partido Demócrata”. También, se les define como “liberales”, en vez de como “socialistas”.

A esta realidad, sumémosle que, en las anteriores primarias del Partido Demócrata, Hillary Clinton machacó a su adversario, Bernie Sanders, porque intentó ir del Pablo Iglesias yanqui.

Origen de la aversión anglosajona hacia el socialismo 

Tengamos en cuenta que Inglaterra es una de las madres del capitalismo, del utilitarismo, un imperio financiero y una nación vendida al herético protestantismo, que confunde el éxito profesional con ser fiel a Dios.

Con sus tenues luces y sus espesas sombras, para bien o para mal, es lógico que en una sociedad tan enfermizamente financiera,  no tenga buena acogida el socialismo (esto es lo único bueno que tiene, dentro de lo malo y perverso).

Y Estados Unidos ha heredado este modus vivendi y operandi de su pérfida suegra británica. Protestantismo religioso (es decir, teología del éxito profesional, endiosamiento del dinero) y utilitarismo (la utilidad a toda costa, por encima de cualquier principio moral).

Esta nefasta mentalidad, abominable y bochornosa, lo único bueno que tiene es que aborrece el socialismo. No me caso con ella ni por asomo, pero algo positivo habría de tener.

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